miércoles, 14 de diciembre de 2011

Balance y compromiso... La Pedro Gómez Band y Esteban Gira

Ya finaliza el 2011 y a esta hora de la noche, después de haber aguantado las ganas de escribir a borbotones por varios días, un buen trago de ginebra y la música de Yes al fondo, Lift Me Up, me dan el ánimo y la estabilidad suficientes para decirles, amigos lectores, que a pesar de las dificultades, las buenas energías nos rondan y que el balance del año ha sido positivo: muchos libros por leer, mucha música por tocar, oír y aprender (eso hace que uno se quede con la vida...nada más).

No es hora de relacionarlo todo, pero fue el año en que pude ver y conocer a Djavan, después de tantas horas de oirlo y estudiarlo, Bogotá lo acogió y allí tuve la fortuna de estar. Pude ver a Asia en el Astor Plaza con la formación original (que me interesaba conocer y ver antes que a la misma banda): que aprendizaje ver a Carl Palmer llegar hacia las tres de la tarde para armar y afinar su bateria sólo, para el concierto de las ocho, ver toda la prueba de sonido de Steve Howe, John Wetton y de Geoff Downes, para dar un excelente Show de dos horas largas. Pude ver Terence Blanchard y Betty Lavette, en el festival de blues con excelentes presentaciones de sangre (como lo exige el blues) y a Fito Paez en Medellín este último sábado 10 de diciembre, y aquí me detengo y cambio el rumbo, porque de esto quería hablar, de las conexiones, de las energías y de los amigos que siempre han estado.

Primer Punto. Hace unos meses estaba en un salón en la UDES, a eso de las siete de la noche y unos acordes solitarios de guitarra llenaron todo el ambiente, y seguían y seguían... dejé a mis alumnos por unos momentos y me fui del salón para no volver, no era posible evitarlo, así es la música, una hembra fiera a la que se debe seguir, y fuí tras esa nave espacial que llegaba... y en un show, que aún no me explico, había un guitar man solitario, haciendo lo suyo, eso que yo he llamado en mis novelas, una guitarra cabal. Descubrí que ya me habían hablado de él y su banda y que conocía a Daniel, su hermano, un excelente contrabajista: se trataba de Pedro Gómez, guitarrista y compositor, lider de la Pedro Gómez Band. Ya están en la página del blog, en la que próximamente presentaré la larga entrevista que le hice sobre su aprendizaje y experiencia en la escena musical. He estado estas noches acompañando a la banda en los ensayos para el concierto de mañana jueves 16, y qué más decir, nada más que hay que verlos en acción, un pasaporte a la buena música. Verlos tocar me ha devuelto los ánimos y este lunes reviven los ensayos...

Segundo Punto: ¿Qué fue lo mejor de Fito?: Esteban Gira. A las ocho de la noche en el Coliseo de la UPB todos esperaban ansiosos a Fito y en pleno suspenso aparece Esteban Gira, otro músico cabal, lleno de buena energia, solitario, como todo lo que sangra de pasión, en el escenario, con su guitarra. Nunca lo había oído, me cautivó desde el inicio... Quienes sabemos lo que es presentarse solitarios ante un público (que además espera ansioso a Fito Paez) reconocemos la trayectoria, la pasión y la garra de acero que deja un trabajo arduo y de años de estudio y de amor, al igual que lo he visto en Pedro Gómez y en otros músicos talentosos y disciplinados como Esteban... Ya quiero que se conozcan.

(Pedro Gómez Band en ensayo, foto por Charly Watts)




Esteban luego de preguntarle, porque quería saber, porque la memoria y la emoción no dejan que la memoria funcione bien, me escribió: "Las canciones que canté en lo de Fito fueron: 1. Chica cicatriz 2. Ruido y soledad 3. Tránsfugas 4. Me vuelves loco y 5. Caminantes." Esteban no sólo animó al público, sino que en el momento más duro para quien introduce a un artista que ya lo tiene todo dado en la noche, se declara vulnerable pleno dejando a un lado su guitarra y lanzándose solo, en la más extrema de las soledades a cantar, su alma y su cuerpo únicos instrumentos... Tránsfugas, me escribe luego, esa fue la canción, ¿y la letra? la letra, ese poema me hizo llorar como vi que le sucedió a varios de los asistentes... UUUUUUFFFFFF Piel grifa... La oscuridad en todo el coliseo, sólo una luz sobre Esteban e inicia el poema en su canto (transcribo la primera parte):

"Si quieres saltar por la ventana hazlo, yo pago el pasaje
Por el invierno en los ojos y los besos del diablo te pido seguirte en el
salto

No llores más y ponte bonita, si quieres te traigo un cigarro y nos vamos
Si oyes los carros y el bullicio, los cines se abren en muy poco rato

Ya basta de pasar las semanas a oscuras, triste, a solas
Y que no importe el crimen que cometiste conmigo"

Pues amigos míos no tengo más que agradecer a estos artistas el haber permitido que les entrevistara y les siguiera el camino, y de mi parte invito a conocerlos, con el compromiso adquirido: la entrevista que espero publicar sobre el trabajo de Pedro Gómez y su Cristal Heart, próximo a salir, y la entrevista que gentilmente ha aceptado hacer Esteban Gira en las próximas semanas.

Anoche hablando con Pedro, soñando en proyectos, pensamos en el lanzamiento del álbum de Pedro y su banda al lado de Gira en esta ciudad de luces extrañas y de poetas caminantes en la noche.

Eso era lo que les quería decir hoy, rompiendo con la rutina del Blog.

Para los interesados en Pedro Gómez Band pueden ver este canal:

http://www.youtube.com/user/pedrogomezband?feature=watch

y a Esteban Gira en: http://estebangira.bandcamp.com/

y para ver tránsfugas en: http://www.youtube.com/watch?v=kIU_Ur_-mJk

viernes, 11 de noviembre de 2011

NUEVA NOVELA: "A la sombra de los almendros"



Rueda, como la música de los Stones, otra novela por la ciudad de los Búcaros: "A la sombra de los almendros". Después de tres meses de un triste silencio personal y de tener bajo llave los libros impresos, salen a la luz.

Una novela escrita en los noventas, una novela mayor (en edad, claro) de un escritor que apenas se las cree (risas). Ahora que oigo a Jimmy Wolf y a Alvin Lee de fondo, sudando su blues descarnado mientras escribo desde mi ordenador, me parece sorprendente recordar que esas novelas se escribían a mano y a máquina. Sorprendente que además en esos días aun tuvieramos con algunos amigos una bella relación epistolar (cuando la correspondencia requería de estampillas y se pensaba lo que se escribía)... Bienvenidos a mi blues, es lo único que puedo decir ahora, en la noche en que escribo, ojalá la lean, ojalá entren a la jam session, y la disfruten como lo hicimos quienes la corregimos y revisamos. Invitados desde ya a su lanzalmiento oficial en la sede de FUSADER, en Bucaramanga, el jueves 24 de noviembre a las 6 p. m., LIBRERÍA TRES CULTURAS...

Los dejo con la presentación de las primeras páginas:

"A la sombra de los almendros es un homenaje a una calle de la infancia. Esto no dice mucho, pero fue la calle que me dio refugio en los días más tristes y la calle que me vio pasar en los mejores momentos. Es una calle que se ha mantenido con sus almendros y con sus fantasmas aun cuando sus casas han ido desapareciendo para ser reemplazadas por vulgares edificios.

"A la sombra de los almendros es también un homenaje a la ciudad, a la Bucaramanga que ya no existe, cargada de fantasmas porque son la memoria fresca que aun la mantiene viva en su avance y transformación dispar. También es el recuerdo de algunas bibliotecas: la del abuelo, la del colegio, la de los amigos. Un recuerdo que acompaña la soledad que produjo escribir en la adolescencia y al tiempo jugar con la música, mientras aparecía el sueño de tocar en la guitarra un buen blues, de leer a los amigos cercanos uno que otro poema, uno que otro cuento y de cerrar el ciclo de historias con las historias de los muchachos desorientados que éramos.

"Todo empezó con libros, en este caso, con unos poetas que se encuentran en el parque Santander para hablar de lo que leen y escriben y con unos niños que juegan a ser adolescentes y que encuentran en las salas de billar el refugio para sus frustraciones.

"Recuerdo por esos días que un primo me mostró el primer álbum de la Electric Light Orchestra y que para la impresionante presentación musical de la 10538 Overture traía una foto de un hombre subido en una máquina voladora, creo que era una de las máquinas voladoras de Da Vinci; esa música y ese retrato me llevaron a soñar con la imagen de un hombre sobrevolando la ciudad, explorándola y redescubriéndola desde las alturas sin que nadie, por la congestión de las calles, las ocupaciones, la tristeza de la vida cotidiana, reparara en él.

"A la sombra de los almendros fue la primera novela que escribí y que ocupó mi atención entre 1993 y 1994, novela, que por ser la primera, nunca pude olvidar, y si por esos días un escritor vio fantasmas caminar por los parques y un isleño cantó blues en sus jardines, espero que la publicación permita que sobrevivan sus personajes y que pueda seguir hablando con ellos a través de sus lectores."

C. A. G. L.

martes, 8 de marzo de 2011

Un amante de Virgilio

El asunto no promete,pensó.

Horacio había pasado un largo rato meditando sobre el libro de Broch.
La copia que tenía no era la mejor y de nada servía acudir a la Eneida. Una y otra vez el destino era definido por los dioses. Había escrito que enfermo iba a recorrer los misterios de la geografía hasta llegar a Megara y allí recabar sobre los sucesos... Pero la enfermedad atacó y lo llevó a la muerte. La naturaleza es así.

Después lo vi caminar por el parque de las palmas con sus papeles. Le pregunté por lo que escribía. Poemas, dijo. Asuntos del alma.

Me reí. Le dije que estaba leyendo a Propercio, que si él ya había terminado con la Eneida y me miró en protesta con algo de rabia: Con la Eneida no se acaba, con Virgilio menos, los otros son menores como menor es el camino que separa la vida de la muerte...

Algo va mal, pensé.
No lo puedo invitar a un café, el café lo puede intoxicar más.

Me leyó dos textos, en el primero contaba en verso como había llegado a sus manos, por vez primera, la Eneida, una pésima traducción...

En el segundo cantaba el encuentro de Virgilio con Dante, exudaba los rastros del averno, cantaba el amor por la vida, el temor por los designios divinos, las sobras de lo contingente, de lo humano.

Me dijo antes de seguir su camino:

Somos débiles pájaros de un dios caprichoso,
sólo tenemos unos segundos,
sólo un destello es la felicidad,
lo demás es desaire,
verguenza y nostalgia.

Horacio se fue hace unos días para la Guajira, no he vuelto a saber de él...
Quizás el viaje era su destino,
su destino final.