viernes, 20 de abril de 2012

“Raspita un poco circunstancial para Juan Pablo Villamizar”


Entrevista concedida en una calurosa tarde de enero, en el estudio de grabación de Mario Serrano (Bucaramanga, 2012)

Recuerdo que la noche anterior al concierto de Juanes en Bucaramanga nos reunimos con otros músicos y amigos en el bar del Hotel Dann y desde ese día la entrevista con Juan Pablo estaba casada, él estaba orgulloso del trabajo más reciente con su proyecto La Cirugía y quería dedicarse de lleno a componer y a seguir grabando. Sonrió, sorbió un poco de ron, fumó de su cigarro y la soltó: “Cuando dejé Juanes en octubre de 2008, lo hice porque quería tener tiempo para otras cosas, y entre ellas empecé a estudiar guitarra con rigor, estudiar la misma escala que me sabía desde hace años, pero con el bagaje de la experiencia que adquirí en mis viajes con Juanes y de haber trabajado con Toby (Fernando Tobón), que es el guitarrista técnicamente más salvaje que he conocido”.

Esa noche los músicos de la banda estaban en lo de siempre, leyendo, pasando el tiempo con sus laptops, hablando con los que curioseaban, y sobre todo haciendo lo que siempre hacen los músicos cuando no están con su instrumento: hablando de música y de músicos.

A Juan Pablo lo conocí a finales de los 80 cuando estaba en Za-Chía-Ty, el proyecto coral dirigido por el maestro Andrés Páez Gabriunas. Por esos días tenían una banda que sonaba en la ciudad, Abril Muerto, con un rock muy original y covers que sorprendían en vivo; banda de hermanos en la que todos seguirían con la música pegada al cuerpo. Juan Pablo no fue la excepción y con su particular talento terminó su carrera como ingeniero industrial en la Universidad Industrial de Santander para seguir estudiando música en la Universidad Autónoma de Bucaramanga y luego en la Javeriana. Compuso su primer álbum en solitario a finales de los noventas, CICATRIZ. Yo lo recuerdo estudiando con Carlos Acosta de Lima en su casa estudio en el Barrio el Jardín en Bucaramanga, mientras esperaba porque me dejaran jugar al músico. Lo recuerdo con una partitura en la que martillaba música de cámara, también lo recuerdo en mi casa en una sesión en la que tratábamos con closer to the heart de Rush.



Ahora que lo vuelvo a ver, más maduro, igual de acelerado, igual de profesional e intenso en lo que hace, veo el reflejo de su trabajo en la frescura de sus letras:


“Sombras que se mueven sin principio y sin final
Cierren las ventanas porque quedan los que están
Tómate la vida con dos hielos y un limón
Mira tus reflejos en los charcos bajo el sol
Un buen comienzo es un buen comienzo
Dame lo que puedas para nunca reventar
Ya no estoy despierto pero el mundo nunca parará
Un buen comienzo es un buen comienzo y es lo mismo también”

(Letra de Un buen comienzo, 2005)

La Cirugía


Estamos en el estudio de Mario Serrano en enero, desde enero llevo pensando en la entrevista, van dos intentos fallidos, Juan Pablo me dice que está grabando un álbum para Abril Muerto. Yo lo vi cantar con Abril en el 2011, celebrando aniversarios como los muertos vivientes, sólo que su voz gozaba de una fuerza y textura extraordinaria y que el concepto acústico era perfecto. Llegué luego de unos vinos, armado de mucho ron para oír las canciones del álbum en ciernes.


Creo que los músicos trabajan en exceso porque nunca dejan de pensar en lo que hacen, en cómo mejorarlo, con Juan Pablo pasa eso, luego de cuatro años fuera de Juanes empieza una etapa de explosión musical y de mucho trabajo con la arquitectura del aire que es la composición.

Es difícil entrevistar a un amigo, porque uno cree conocerlo, porque lo que de él queda es algo así como una colcha de retazos de los buenos momentos compartidos; me dice: “La primera vez que yo cogí una guitarra aprendí a tocar canciones de Silvio Rodríguez, eso fue una ventaja porque los acordes, la figuración y los arpegios que él usa son difíciles cuando uno empieza. En esos días mi papá me escribía los acordes mayores y menores en un cuadernito, él sabe tocar muy bien el tiple y la guitarra desde hace tiempo. Ese deseo de abordar la música de Silvio y la influencia tan grande que produjo en mi la música que tocaban en las fiestas de mi casa: Chalchaleros, Visconti, música de Suramérica, junto con el folclor colombiano: pasillos, porros, currulaos, bambucos. Las fiestas de mi casa eran muy buenas, (se ríe) en mi familia yo era el niño raro porque prefería no jugar en el día y quedarme toda la noche ahí, oyendo cantar y tocar, de hecho el primer instrumento que yo toqué fue una tambora, en esas fiestas” 


                                                                           Durante la entrevista con JPV
-¿En qué momento aparece el rock formalmente?

Con los Beatles, antes de saber tocar algún instrumento, incluso antes de nacer, mi mamá embarazada oía a los Beatles. De niño yo hacía transcripciones de los Beatles de lo que me sonaba fonéticamente, sin saber inglés, sólo para cantarlas… después vino la época de la Coral de Cámara Za-Chía-Ty, con ese combo bohemio; el legado de esa época fue Charly García, Soda Stereo, y además fue el descubrimiento de que uno podía escribir su propia canción en español, fue algo muy importante, saber que se podía hacer algo propio y en español.

-¿Qué representó Za-Chía-Ty?

Mis dos grandes amigos, mis dos grandes influencias eran de Za-Chía-Ty: Andrés Páez y Mario Serrano. Cuando entre a la UIS a estudiar ingeniería industrial traía toda la música de la casa en mi cabeza y en esa época yo veía a los Za-Chía-Ty pasar: Mario, gigante y con la guitarra colgada, Andrés, gigante y con el violín, seguidos por otros gatos… Eran los de vanguardia, yo quería ser amigo de ellos… Parecían unos nómadas del futuro… hasta que un día fui a la sala de música de la Universidad en donde Mario ponía los videos de rock, y le preguntaba de todo, era el cansón, qué es esto, qué es aquello, mientras Mario ponía grupos progresivos como king Crimson, que eran muy raros en la época… Con Mario y con Andrés cambió todo en la música, lo más positivo, junto con Juanes, fue conocerlos porque empecé a buscar cosas diferentes… Y estar en el coro fue muy importante en mi formación musical…

Yo me acuerdo que tocaban con Abril Muerto, en un garaje de una casa en el barrio El diamante, casi en la calle, creo que ese periodo fue una época de muchos sueños…

“Si, Abril Muerto estaba integrado por Iván Peña, que era el bajista, Juan Fernando Arango (guitarra) que era compañero en el colegio, y John Barragán, que en esa época no tenía batería pero era el batero del grupo. Cuando nos graduamos del colegio empezamos a soñar y a ensayar. Es la historia de la banda que no tenía ni instrumentos. Pero ahí nos empezamos a formar todos.”


Juan Pablo ha hecho hasta la fecha tres trabajos musicales: CICATRIZ (1999), su primer álbum antes de estar en Juanes, LA CIRUGIA (2005), durante Juanes y TENGO GUSANOS (2010), el último, luego de retirarse de Juanes. Trabajos muy diferentes, que representan épocas distintas, momentos distintos, experiencias diferentes. En lo personal me gusta mucho el sonido logrado en La Cirugía, pero no se podría dejar de lado el metal pesado, la energía absoluta en Tengo Gusanos, ni la juventud con todas sus influencias y sueños de CICATRIZ.

“En Cicatriz conté con un grupo de amigos muy especial, lógico, Mario y Andrés, pero también estaban Pipe Navia en el bajo y en la Batería de Javier Llamosa. En dos canciones toca John Barragán y en un tema Iván Peña. Fue en el 99. La base era muy buena y eran virtuosos, se salían de la regla. El lanzamiento fue anterior al disco, en el Auditorio de la Biblioteca Gabriel Turbay. Ese disco fue mi carta de presentación cuando estuve en Bogotá y eso llegó a Juanes, también fue mi carta de presentación con él. Cuando me voy a Bogotá estudio en la Javeriana música, yo recuerdo que mis papás me dijeron por esos días algo que no se me puede olvidar y que ha sido fundamental: “Lo que usted tiene en su cabeza y puede hacer con su cabeza, no se lo va a quitar nadie...".

                                                                       Juan Pablo y Mario en el Estudio

Entonces volvemos a hablar sobre las influencias y Juan Pablo empieza a cantar A day in a life de los Beatles y luego ese “tengo Taquicardia” de Fito Páez, para luego pasar al Pueblito Viejo con su tradicional “lunita consentida” de José A Morales… y se echa a reír mientras se empuja otro ron, y me dice: “mire mano, todo es lo mismo, lo que hay es que enseñarle a la gente que no sea tan pendeja”. Y sigue: “Me fui a estudiar música motivado por vivir la vida porque es muy corta, eso me lo enseñó la muerte de una tía por un aneurisma… Durante esos días Mario Serrano montó un estudio propio de grabación y compuse y luego grabé con él… Desde Bogotá empezamos a hacer el disco… Esa es la historia.”

“Desde hace cuatro años me retire de Juanes y empecé a trabajar en la Javeriana con los grupos del programa infantil y juvenil; son chicos de colegio. Allí aprenden música no con las exigencias de un conservatorio pero si con la motivación para inculcar la vocación.”


“Al retirarme de Juanes quedo feliz pero en el aire. Estaba cansado de estar lejos de casa y quería estudiar y hacer otras cosas que me gustaban con la música. Hice en el 2010 Tengo Gusanos con Mario Serrano y con mi gran amigo Waldo Madera, el batero de Juanes. Se han vendido unas 7 copias, pero bueno. Ahora el proyecto es con Abril Muerto, integrado por unas canciones que había hecho para la segunda parte de La Cirugía, y esas canciones se graban con Juan Fernando Arango, John barragán e Iván Peña, que era Abril Muerto, por eso volvió el proyecto. En el 2011, terminé mi primera producción, el disco de una banda de reggae: UNA FUERZA. Es la primera vez que produzco composiciones que no son mías, y en un género que no es el mío… el disco está próximo a salir, se va a masterizar en Abbey Road. Ahora estoy trabajando en el disco de Juan Carlos Mantilla, y en mi próximo disco que sé llama SEKHU.

¿Sekhu?

Entonces se enciende un cigarro, se ríe y me explica:

“Un día estaba viendo un episodio de Los Sopranos, en el que el personaje principal está observando en compañía de un tío senil una tumba excavada (imagino que con algo adentro, propio de las mafias), y en ese momento comienza a sonar una grabación de un funk y al tiempo la voz de de William William Burroughs hablando de las almas en Egipto, etapas de las almas después de morir…. Decía algo así como que la primera alma se llama… y la segunda … hasta que dice: y la última se llama … Sekhu… the remains… y quizás también, los restos…

“El ron me ametralla”, le digo a Juan Pablo, “que sol inclemente, que calor…” Mario nos ha dejado solos en el estudio, sé que debo irme…
“Viejo, que vida nos hemos dado”.

-¿Qué quisieras hacer ahora? -Le pregunto.

Juan Pablo canta, se sirve otro ron, se fuma un cigarro y me dice insistente, antes de despedirnos, “¿sabe? Yo lo único que quiero es tocar y tocar y tocar y tocar y tocar….”